Hace siglos, una antigua raza que vivía bajo el agua construyó una ciudad oculta bajo una montaña en el mar. Aunque estas criaturas tenían sus enemigos, la ciudad era una fortaleza impenetrable y estaban satisfechos de sí mismos dentro de la seguridad que les proporcionaba. Sin embargo, Fizz tenía un espíritu curioso que no estaba satisfecho con una vida tan acomodada. Incapaz de resistirse a la llamada del peligro, Fizz tenía el hábito de salir de la ciudad e ir en busca de problemas. Gracias a sus muchas aventuras llegó a convertirse en un poderoso luchador con recursos que le permitían solventar los problemas con facilidad. Un día, Fizz regresó y se encontró la ciudad abandonada: su gente se había esfumado, dejando a Fizz sin ninguna pista que explicase su desaparición. No quedaba nada en la ciudad que lo retuviese, así que Fizz recuperó un tridente encantado de entre las ruinas y partió en solitario.
Durante años, Fizz vagó por el océano, sobreviviendo gracias a las habilidades que había aprendido durante sus aventuras de joven. Con el tiempo, Fizz descubrió el puerto de Aguas Estancadas. Fascinado por la existencia de vida fuera del agua, no pudo resistir la tentación de explorar la isla. Con su curiosidad sin fin, Fizz se metió sin quererlo en los asuntos de los humanos que vivían allí y su presencia no pasó desapercibida. Sus travesuras hicieron enfadar a muchos residentes que, con el tiempo, quisieron capturarlo o matarlo. Fizz se vio acorralado y se preparó para regresar al mar pese al cariño que le había cogido a Aguas Estancadas. Cuando estaba en los muelles, un gigantesco dragón-tiburón atacó el puerto. Fizz derrotó a la bestia haciendo uso de sus recursos y de su conocimiento de las debilidades de la criatura. Tras ganarse el agradecimiento y el respeto de los humanos, Fizz decidió quedarse en Aguas Estancadas. Se ha unido a la Liga de Leyendas con el fin de seguir siendo útil a su nuevo hogar.
“En una pelea, Fizz consigue que hasta los marineros más curtidos de Aguas Estancadas parezcan marineros de agua dulce borrachos. Menos mal que está de nuestra parte”.
-- Miss Fortune, cazadora de recompensas.
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