Las faldas de la Gran Barrera son el hogar de las gentes más fuertes de todo Valoran. Solo aquellos provistos de una enorme fortaleza y resistencia son capaces de habitar el que tal vez sea el lugar más escabroso y despiadado de la faz de Runaterra. Este es el lugar en el que el poderoso Gragas mantiene su residencia permanente, al sur de Noxus. Este gigante lleva mucho tiempo eludiendo los rigores de la civilización a cambio de lo que él llama su ''porción de paraíso''. Un lugar sin vecinos molestos y con mucho espacio para perseguir la ambición de su vida: la elaboración de cerveza. Alcohol, cerveza, aguamiel y vino: ninguna elaboración se le resiste. Sin embargo, lo que convierte a Gragas en un maestro cervecero muy especial es su proximidad a un Nexo grande y poderoso.
Su magia se ha filtrado en el fermento de sus creaciones, y Gragas ya lleva consumida una cantidad suficiente de su propio veneno como para saciar la sed de todo un ejército. Este alcohol arcano lo ha hecho crecer tanto en altura como en perímetro: se alza amenazadoramente sobre el más alto de los hombres y se extiende casi el doble de su anchura. Como complemento a su desmesurado tamaño, Gragas ha desarrollado un humor insoportable que se ha ido alimentando con el licor y la magia pura. Sus ocasionales estancias en Noxus en busca de provisiones siempre acontecen de la misma forma: entra en una taberna noxiana, se mete en varias peleas, deja sin sentido a innumerables ciudadanos y finalmente huye hacia las faldas de la montaña con los guardias noxianos persiguiéndole furiosos (pero nada contentos). Sus desventuras lo han hecho merecedor de la atención de varios invocadores de la Liga de Leyendas, y ahora es un solícito campeón en los campos de batalla... repartiendo alcohol y puños de acero.
El camorrista deja un rastro de la destrucción tradicional de un borracho, tanto dentro como fuera de los Campos de la Justicia.
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