
El comandante guió a sus soldados para que se pusiesen en el camino de Hecarim y se preparasen para su asalto. Pero cuando la aparición se puso a su altura, una intensa sensación de miedo se apoderó de los guerreros. Los hombres, paralizados por el terror, tan sólo podían gritar mientras el titánico fantasma pasaba por encima de ellos, destrozándolos y aplastándolos bajo sus cascos metálicos. Hecarim se giró hacia el comandando, lisiado y escondido, y sentenció: ''Esto no es más que el principio. Ningún ejército mortal puede hacer frente al poder de las Islas de la Sombra''. Tras esas palabras, Hecarim reanudó su marcha sombría. Tras esta experiencia digna de las peores pesadillas, la locura se apoderó del comandante, quien regresó a Demacia como pudo; pero allí, sus advertencias fueron ignoradas por considerarse poco más que las divagaciones de un loco. Aunque las intenciones y el origen de Hecarim siguen siendo un misterio, su destino se desveló cuando llegó a la Academia de la Guerra y, con una voz ominosa y potente, exigió entrar en la Liga de Leyendas.
''No lo comprendéis… las sombras nos consumirán a todos…''
-- Antiguo comandante demaciano
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