jueves, 3 de enero de 2013

Lee Sin

Desde adolescente, Lee Sin estaba decidido a convertirse en invocador. Su voluntad y dedicación no tenían igual entre sus pares y su habilidad atrajo la atención de Reginald Ashram, Alto Consejero de la Liga en aquel momento. Mientras estudiaba en el Arcanum Majoris, Lee Sin comenzó a frustrarse por la lentitud de las clases, pensadas para otros alumnos. Él dedicaba su tiempo libre a estudiar los pormenores del arte de la invocación con la esperanza de graduarse antes. Realizó avances asombrosos en sus estudios y dejó atrás a los demás alumnos. Todo indica que se habría convertido en uno de los mayores invocadores de la Liga de no haber sido por un terrible error. Dominado por la impaciencia, decidió probar su habilidad invocando una bestia de las Selvas de la Peste. Lo que apareció en su lugar fue un niño pequeño, pero no de una pieza. Apenas tuvo tiempo de mirarlo a la cara antes de que el muñeco roto que había sido su cuerpo cayera al suelo sin vida. Una investigación de la Liga concluyó posteriormente que toda la aldea del niño había sido arrasada por la energía liberada durante el ritual.

El talento de Lee Sin era tan considerable que la Liga estaba dispuesta a olvidar el incidente, pero él no podía perdonarse. Abandonó la Academia y viajó para expiar sus culpas al monasterio de Shojin, donde juró no volver a practicar la magia nunca. Años después, tratando de redimir su crimen con el martirio, se prendió fuego en protesta por la ocupación noxiana de Jonia. En este estado permaneció vivo durante semanas de atroz agonía. Sus actos allanaron el camino para un combate de la Liga del que Jonia salió victoriosa; pero, cuando por fin lograron apagarlo, se le habían consumido los ojos dentro de las órbitas. Recibido como salvador, volvió a la vida con renovados deseos de actuar. Se unió a la Liga de Leyendas para proseguir redimiéndose con el sudor y la sangre, las únicas posesiones de un monje.


''Los actos de uno solo pueden desgarrar el mundo, pero los esfuerzos de muchos pueden reconstruirlo.''
-- Lee Sin







No hay comentarios:

Publicar un comentario