jueves, 3 de enero de 2013

Sivir

Cuando la gente de Valoran habla sobre la ''Señora de la Batalla'' sólo hay una mujer a la que se puedan estar refiriendo. Valiente como nadie, con una habilidad inusitada en el combate y una ambición sin límites, la reputación de Sivir como cazarrecompensas es casi tan grande como las inmensas fama y fortuna que ha acumulado. Tras la revelación de su misterioso legado, a Sivir se le presentó un dilema: seguir su propio camino, como siempre ha sido su deseo, o cargar con algo mucho más grande.

Sivir creció entre nómadas del desierto de Shurima, y aprendió todos los secretos del arte de robar tumbas y de disfrutar la vida sin atarse a ningún lugar. Siempre se le dio muy bien el estilo de vida de los mercenarios, y no le resultó difícil conseguir grandes riquezas, seguidores y reputación. Su fama se extendió como la pólvora en las arenas del desierto y llamó la atención de patrones adinerados por todo Valoran. Entre ellos se hallaba nada menos que el Alto Mando de Noxus. Sivir se ocupó de cumplir los deseos sanguinarios de la nación, y lo hizo sin cargo alguno de conciencia. A fin de cuentas, su relación con ellos había demostrado ser de lo más productiva hasta que estalló el conflicto jonio, en el que se negó a tomar parte, cortando de esa manera todos sus vínculos.

La visita que le hicieron los noxianos no la pilló desprevenida, pero en lugar de a los asesinos que esperaba, lo que se encontró fue una oferta. Cassiopeia, la hija de una de las familias más influyentes de Noxus, afirmaba haber descubierto la ubicación del mayor tesoro de todo Shurima. Todo lo que necesitaba era a un ladrón de tumbas con experiencia para que la escoltara.
La expedición no resultó como ninguna de las dos había previsto. No encontraron ni el tesoro que había prometido Cassiopeia ni el arma que ella codiciaba. Pese a las advertencias de Sivir, la noxiana abrió las puertas de la cámara par en par, precipitando los acontecimientos posteriores, acontecimientos que iban a cambiar para siempre no sólo la vida de Sivir, sino la de todo Shurima.

''Si está perdido se puede encontrar... y vender''. -- Sivir









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