jueves, 3 de enero de 2013

Nocturne

Antes de Nocturne, la gente creía que los sueños eran un producto de su imaginación, imágenes sin sentido que destellaban en la mente mientras uno dormía. Se empezó a dudar de esta creencia cuando tuvo lugar una serie de incidentes relacionados con el sueño que afectaron a los invocadores de la Liga. Algunos se despertaban gritando, aterrados y desconsolados. Otros no podían dormir, volviéndose locos paulatinamente a medida que pasaban las noches. Había algunos que, sencillamente, nunca volvían a despertar. Los médicos estaban perplejos, hasta que casualmente un arquitecto pasó junto a un nexo en el Bosque Retorcido. Los testigos aseguran que gritó una vez y luego dejó de respirar. Inmediatamente después, una energía mágica surgió del nexo y, de repente, apareció Nocturne.

Nocturne no se tomó muy bien su entrada en este mundo. Masacró todo aquello con lo que se encontraba antes de que los invocadores consiguiesen confinarlo mágicamente. Tras un período de intenso estudio, los expertos de la Liga descubrieron que Nocturne cazaba a los invocadores mientras dormían, atacando en un lugar en el que su magia era inútil. Éste parecía ser su único propósito. Las familias de las víctimas reclamaron justicia, pero a los oficiales de la Liga les preocupaba que la muerte sólo devolviese a Nocturne al lugar del que provenía. Por eso mismo lo ataron a un fragmento de nexo, para atraparlo así en el mundo físico. Como castigo por sus crímenes, permitieron que los invocadores pudiesen llamar a Nocturne en los combates de la Liga, viéndose obligado a doblegar su voluntad ante los invocadores que tanto odia y viviendo así su propia pesadilla personal. Los eruditos de la Liga no saben a ciencia cierta si de verdad proviene del plano de los sueños, ni si hay más como él. Algunos teorizan con el hecho de que invocar afecta a la mente subconsciente de los invocadores, lo cual atrae a Nocturne hacia sus sueños. Pero posiblemente la teoría más inquietante sea que Nocturne es la pesadilla de alguien hecha realidad. Si esto es cierto, se preguntan, ¿quién es el soñador?


“La oscuridad se aproxima… Ya no se ve nada… Pero yo todavía puedo verlo…”
- Kelvin Ma, paciente n.º 4.236








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